jueves, 22 de diciembre de 2011

EL PERDÒN

                   EL PASADO

                    
                      Hemos de dejar marchar el pasado y perdonar a todo el mundo. Somos nosotros los que sufrimos cuando nos aferramos a agravios pasados. Hacemos que situaciones y personas del pasado tengan poder sobre nosotros, y esas mismas situaciones y personas nos mantienen mentalmente esclavizados




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   Continúan controlándonos cuando nos quedamos atascados al no querer perdonar. Por eso es tan importante trabajar en el perdón. Perdo­nar, liberar a aquellos que nos hicieron daño, es liberar­nos de nuestra identidad de persona herida. Nos per­mite liberamos del ciclo interminable de dolor, rabia y recriminaciones que nos mantiene prisioneros de nues­tro propio sufrimiento. No perdonamos el acto, sino a los que lo cometieron; perdonamos su sufrimiento, confusión, falta de habilidad y desesperación 

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