sábado, 18 de febrero de 2012

viernes, 17 de febrero de 2012

PROHIBIDO





Queda prohibido llorar sin aprender
 levantarse un día sin saber que hacer,
tener miedo a tus recuerdos.

Queda prohibido no sonreír a los problemas,
...
no luchar por lo que quieres,
abandonarlo todo por miedo,
no convertir en realidad tus sueños.

Queda prohibido no demostrar tu amor,
hacer que alguien pague tus dudas y mal humor,
queda prohibido dejar a tus amigos,
no intentar comprender lo que vivieron juntos,
llamarles solo cuando los necesitas.

Queda prohibido no ser tú ante la gente,
fingir ante las personas que no te importan,
hacerte el gracioso para que te recuerden,
olvidar a toda la gente que te quiere.


Queda proihibido no hacer las cosas por tí mismo,
tener miedo a la vida y sus compromisos,
no vivir cada día como si fuera el último suspiro.

Queda prohibido echar a alguien de menos sin alegrarte,
olvidar sus ojos, su risa, todo,
porque sus caminos han dejado de abrazarse,
olvidar tu pasado y pagarlo con tu presente.

Queda prohibido no intentar comprentender a las personas,
pensar que sus vidas valen más que la tuya,
no saber que cada uno tiene su camino y su dicha.

Queda prohibido no crear tu historia,
dejar de dar las gracias por tu vida,
no tener un momento para la gente que te necesita,
no comprender que lo que la vida te da también te lo quita.

Queda prohibido no buscar tu felicidad,
no vivir tu vida con una actitud positiva,
no pensar en que podemos ser mejores,
no sentir que sin tí este mundo no sería igual. 



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lunes, 13 de febrero de 2012

ENSEÑANZAS DE LOUISE HAY

NUESTRO CUERPO HABLA






SOLO HAY QUE ESCUCHARLO

LA PIEL



La piel representa nuestra individualidad, y los problemas dérmicos suelen significar que de algún modo la sentimos amenazada. Tememos que otros tengan poder sobre noso­tros. Nos sentimos despellejados vivos, le arrancamos a al­guien la piel a tiras, tenemos afinidades o rechazos de piel, decimos que un niño es de la piel de Barrabás, andamos con los nervios a flor de piel.

Una de las maneras más rápidas de curar los problemas de piel es nutrirse uno a sí mismo repitiendo mentalmente, vanos centenares de veces por día: «Me apruebo...». Así re­cuperamos nuestro propio poder.

LOS PECHOS



 
Los pechos representan el principio de la maternidad. Cuando hay problemas con ellos, eso significa generalmen­te que nos estamos «pasando» en nuestro rol de madres, ya sea en relación con una persona, un lugar, una cosa o una experiencia.

Parte del proceso que exige el rol de madre es permi­tir que los hijos crezcan. Es necesario saber cuándo tenemos que cruzarnos de brazos, entregarles las rien
das y dejarlos en paz.

 La persona sobreprotectora no prepara a los demás para enfrentar y manejar su propia experiencia. A veces hay situaciones en que con nuestra actitud dominante cortamos las agallas a nuestros hijos.
Si el problema es el cáncer, lo que está en juego es, ade­más, un profundo resentimiento. Libérese del miedo, y sepa que en cada uno de nosotros reside la Inteligencia del Uni­verso.

EL CUELLO

El cuello representa la capacidad de ser flexibles en nuestra manera de pensar, de ver los diversos aspectos de una cuestión y de aceptar que otras personas tengan puntos de vista diferentes. Cuando hay problemas con el cuello, generalmente significan que nos hemos «atrincherado» en nuestro concepto de una situación.

Cada vez que veo a alguien que lleva uno de esos «cue­llos» ortopédicos, sé q
ue es una persona muy presuntuosa, que se obstina en no ver el otro lado de las cosas.
Si nos empeñamos en creer que no hay más que «una manera» o «un solo punto de vista», estamos cerrando una puerta que deja fuera la mayor parte de la vida.

DOLORES DE CABEZA


Los dolores de cabeza provienen del hecho de desautori­zarnos a nosotros mismos. La próxima vez que le duela la ca­beza, deténgase a pensar cómo y cuándo ha sido injusto con usted mismo. Perdónese, no piense más en el asunto, y el do­lor de cabeza volverá a disolverse en la nada de donde salió.
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LOS ACCIDENTES


Fractura : Medicina blanco vendaje en dedo de mano de lesión humana
Los accidentes no son accidentales. Como todo lo demás que hay en nuestra vida, nosotros los creamos. No se tra­ta de que nos digamos que queremos tener un accidente, sino de que nuestros modelos mentales pueden atraer hacia nosotros un accidente. Perece que algunas personas fueran «propensas a los accidentes», en tanto que otras andan por la vida sin hacerse jamás un rasguño.

Los accidentes son...
expresiones de cólera, que indican una acumulación de frustraciones en alguien que no se siente libre para expresarse o para hacerse valer. Indican también rebelión contra la autoridad. Nos enfurecemos tanto que queremos golpear a alguien y, en cambio, los golpeados so­mos nosotros.

Cuando nos enojamos con nosotros mismos, cuando nos sentimos culpables, cuando tenemos la necesidad de cas­tigarnos, un accidente es una forma estupenda de conse­guirlo.
Puede que nos resulte difícil creerlo, pero los accidentes los provocamos nosotros; no somos víctimas desvalidas de un capricho del destino. Un accidente nos permite recurrir a otros para que se compadezcan y nos ayuden al mismo tiempo que curan y atienden nuestras heridas. Con frecuen­cia también tenemos que hacer reposo en cama, a veces du­rante largo tiempo, y soportar el dolor.

El sufrimiento físico nos da una pista sobre cuál es el do­minio de la vida en que nos sentimos culpables. El grado de daño físico nos permite saber hasta qué punto era severo el castigo que necesitábamos, y a cuánto tiempo debíamos es­tar sentenciados.