jueves, 8 de agosto de 2013

UN CUENTO PARA TENER EN CUENTA .


Llego tarde a su trabajo, no era la primera vez que ocurría, pero tampoco era algo habitual en él, la mala suerte hizo que se cruzara justo con su jefe cuando entraba, de no ser así, quizás su jefe nunca se hubiera enterado de ese retraso. Con tono irónico, como creyendo saber la respuesta, el jefe le hizo una interrogación retorica. ¿Llega tarde? En una pregunta que afirmaba más de lo que interrogaba.
_Así es. Respondió, mostrando una sonrisa.
Quizás debía mostrar preocupación, lastima o vergüenza, pero no, sonrió. Mostró una gran sonrisa y eso dejo perplejo al jefe, quien esperaba una disculpa, una excusa o algo por el estilo.
_Sucede que esta mañana, después de desayunar, justo cuando estaba por entrar a bañarme pase a darle un beso a mi hija que dormía plácidamente abrigada del frio invierno, al hacerlo escuche que su dulce voz me invitaba a acompañarla unos instantes y no me pude resistir, me recosté a su lado, y la abrace.
Le confieso que cada segundo que pasaba sonaba en mi mente con la fuerza de un tambor, pero el tic tac del reloj me hizo tener en cuenta el paso del tiempo, y saber que mi hija, que descansaba en mis brazos pronto será una mujer, que ya no me pedirá que la acompañe y la culpa de no haber disfrutado ese momento podría ser peor que cualquier sanción laboral.
Supe también que ella lo necesitaba, y luego de permitírmelo supe cuanto lo necesitaba yo.
Supe, que algún día yo no trabajaré más en esta empresa, quizás usted me recuerde, quizás no. Seguramente alguien ocupará mi lugar, pero en ella siempre estaré presente, y por más que tenga mil amores, ninguno será como el que nos une. Es por eso, estimado jefe, que si usted espera una disculpa de mi parte considere que la tiene, pero en realidad, se que de nada me tengo que disculpar, he cumplido con mi deber de padre, y ese deber es para mi superior a cualquier otro deber.
El jefe en lugar de regañarlo le dio las gracias, diciéndole:
_Le agradezco, porque hoy me dio algo mucho más productivo que cualquier otra actividad que pudiera realizar, hoy me ayudo a abrir los ojos, a darme cuenta del paso del tiempo, y a recordar que mi hijo está creciendo, gracias. Y con una sonrisa siguió su rumbo.
Era un día complica tenía muchas cosas que hacer, su secretaria ordenaba todas las actividades que tenia para ese día, eran muchas, y todas muy importantes, por eso se sorprendió cuando lo vio entrar a su despacho, acercarse al escritorio y con voz firme ordenarle:
_Señorita, necesito que suspenda todas mis actividades programadas para el día de hoy. Tengo un asunto personal que atender.
La secretaria se quedo perpleja, porque el jefe nunca postergaba sus obligaciones, pero la firmeza de las palabras no le dejaban lugar a cuestionamientos. El señor tomo su abrigo y se retiro de la oficina.
Grande fue la sorpresa de su hijo, cuando al salir de la escuela el padre lo esperaba en la puerta para llevarlo a pasear.
Pasaron toda la tarde junto, disfrutaron de esa salida como hacía muchos años él no disfrutaba, fue tan grande el momento que vivieron que ninguno de los dos lo olvidó jamás. Fue quizás, para ellos, el mejor día de sus vidas, a pesar de poder haber sido, solo, un día más.



La vida pasa a cada segundo, cada minuto, cada hora, la vida está pasando ahora, no dejes pasar la oportunidad para vivir un buen día, hace que este día que estás viviendo, no sea, solo, un día más.





Luisa Russo
coach Personal 
www.luisaruss.tk


miércoles, 7 de agosto de 2013

CON EL TIEMPO


Comparto algo hermoso que me llegó y ya compartí en mi muro...

“Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia
entre sostener una mano
y encadenar un alma;
...
Y uno aprende que el amor no significa acostarse,
y que una compañía no significa seguridad,
y uno empieza a aprender…
Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas,
y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta
y los ojos abiertos,
y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy,
porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes…
y los futuros tienen su forma de caerse por la mitad.

Y uno aprende que si es demasiado
hasta el calor del sol puede quemar.

Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma,
en lugar de que alguien le traiga flores.

Y uno aprende que realmente puede aguantar,
que uno es realmente fuerte,
que uno realmente vale,
y uno aprende y aprende… y así cada día.

Con el tiempo aprendes que estar con alguien
porque te ofrece un buen futuro,
significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado.

Con el tiempo comprendes que sólo quién es capaz
de amarte con tus defectos y sin pretender cambiarte
puede brindarte toda la felicidad.

Con el tiempo aprendes que si estás con una persona
sólo por acompañar tu soledad,
irremediablemente acabarás no deseando volver a verla.

Con el tiempo aprendes que los verdaderos amigos son contados
y quién no lucha por ellos, tarde o temprano,
se verá rodeado sólo de falsas amistades.

Con el tiempo aprendes que las palabras dichas en momentos de ira
siguen hiriendo durante toda la vida.

Con el tiempo aprendes que disculpar cualquiera lo hace,
pero perdonar es atributo sólo de almas grandes.

Con el tiempo comprendes que si has herido a un amigo duramente
es muy probable que la amistad nunca sea igual.

Con el tiempo te das cuenta que aún siendo feliz con tus amigos,
lloras por aquellos que dejaste ir.

Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia vivida,
con cada persona, es irrepetible.

Con el tiempo te das cuenta que el que humilla
o desprecia a un ser humano, tarde o temprano
sufrirá multiplicadas las mismas humillaciones o desprecios.

Con el tiempo aprendes a construir todos tus caminos en el hoy,
porque el sendero del mañana no existe.

Con el tiempo comprendes que apresurar las cosas y forzarlas a que pasen
ocasiona que al final no sean como esperabas.

Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro,
sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante.

Con el tiempo verás que aunque seas feliz con los que están a tu lado,
añorarás a los que se marcharon.

Con el tiempo aprenderás a perdonar o pedir perdón,
decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas,
decir que quieres ser amigo, pues ante
una tumba, ya no tiene sentido.

Pero desafortunadamente, sólo con el tiempo…”

Jorge Luis Borges - Aprendiendo

martes, 6 de agosto de 2013

NO ES CASUALIDAD QUE LEAS ESTO

Las "cuatro leyes de la Espiritualidad ":

La primera dice "La persona que llega es la persona correcta", es decir que nadie llega a nuestras vidas por casualidad, todas las personas que nos rodean, que interactúan con nosotros, están allí por algo, para hacernos aprender y avanzar en cada situación. 

La segunda ley dice "Lo que sucede es la única cosa que podía haber sucedido". Nada, pero nada, absolutamente nada de lo que nos sucede en nuestras vidas podría haber sido de otra manera. Ni siquiera el detalle más insignificante. No existe el: "si hubiera hecho tal cosa...hubiera sucedido tal otra...". No. Lo que pasó fue lo único que pudo haber pasado, y tuvo que haber sido así para que aprendamos esa lección y sigamos adelante. Todas y cada una de las situaciones que nos suceden en nuestras vidas son perfectas, aunque nuestra mente y nuestro ego se resistan y no quieran aceptarlo.

La tercera dice: "En cualquier momento que comience es el momento correcto". Todo comienza en el momento indicado, ni antes, ni después. Cuando estamos preparados para que algo nuevo empiece en nuestras vidas, es allí cuando comenzará.  

Y la cuarta y última: "Cuando algo termina, termina". Simplemente así. Si algo terminó en nuestras vidas, es para nuestra evolución, por lo tanto es mejor dejarlo, seguir adelante y avanzar ya enriquecidos con esa experiencia.

Creo que no es casual que estén leyendo esto, si este texto llega a nuestras vidas hoy; es porque estamos preparados para entender que ningún copo de nieve cae alguna vez en el lugar equivocado.


domingo, 4 de agosto de 2013

QUIZAS SEA TU HISTORIA .PERDER A UN HIJO

rosa negra


En nuestros corazones y en nuestras oraciones





No existe mayor dolor que perder a un ser amado antes de tiempo. Pero el dolor que siente un padre cuando entierra a su hijo es imposible de comprender. Aquellos de nosotros en un camino espiritual buscamos en nuestras fuentes: historias de la Biblia que provean lecciones y nos ayuden a lidiar con situaciones que pueden parecer estar por encima de la ley natural del universo; historias que nos recuerden en los peores momentos que Dios siempre está presente.


Sabemos que Aarón perdió a sus dos hijos, y a pesar que la muerte de ambos fue de justos y el camino de sus almas fue bendecido y lleno de Luz, Aarón había perdido a sus hijos.
Es mucho más difícil entender los caminos de Dios cuando aquellos tan inocentes y pequeños son arrebatados de este mundo y de nuestras vidas. A pesar que ninguna palabra de compasión puede aliviar este dolor tal vez entender que, aunque nuestros cuerpos son finitos, nuestras almas son eternas y el trabajo de un alma trasciende las acciones de personas perturbadas y desviadas que toman la vida de otros, puede ayudar.

Recuerdo haber leído una historia sobre una pareja que perdió a su único hijo. Debido a sus súplicas al cielo pidiendo entendimiento, un ángel vino a ellos y les dijo que el alma de su preciado niño era el alma de un justo, quien había dejado un trabajo muy pequeño por hacer y que sólo requería cinco años en este mundo. Una vez que completó su trabajo, retornó al Creador para asistirlo desde arriba en las bondades por hacer. Si bien parecía que su pequeña vida había sido tomada por una enfermedad, de hecho el trabajo de su alma había sido completado.


Puede que no lo entendamos con nuestra mente limitada, pero existe una película hermosa con la cual podemos conectar y en donde estas pequeñas almas han terminado su trabajo y ahora están junto al Creador asistiéndonos aquí abajo para abrir nuestros corazones, para apoyar a aquellos en necesidad y para permanecer unidos incluso en tiempos de sufrimiento.

Mis oraciones y las oraciones de nuestra comunidad global se unen a las oraciones de todos alrededor del mundo, y extendemos nuestro compromiso para dar nuestro mayor esfuerzo a fin de recordar la lección de dignidad humana, tolerancia y amor incondicional sin importar las situaciones.

Yehudá Berg