En
esta vida todos pasamos por momentos felices, muy felices, tristes, dolorosos,
alegres... La vida es como una escalera, a cada peldaño te encuentras en una
nueva sitiación y hay ocasiones en que se unen varias, una de máxima alegría y
otra de un dolor profundo, aún así hay que seguir subiendo peldaños ya que el
próximo puede depararnos de nuevo momentos de
felicidad.
Lo cierto es que hay
peldaños que cuestan subir y dar el siguiente paso para ver que es lo que nos
depara la vida... Y es que aunque nos gustaría rendirnos y no subir más, la vida
sigue y con ella nuestra escalera que nos reta a
continuar.
Todo se complica
cuando en vez de centrarnos en nosotros mismos en nuestro valor y en cuanta
gente tenemos que nos ama y nos da su apoyo, sólo podemos centrarnos en aquel
que nos ha herido tan profundo que el resto pierde importancia, en esos momentos
en que nuestra alma nos pide soledad y lágrimas asi ha de ser, no podemos negar
un estado por miedo a que se perpetue, este pasará como todos, sólo si lo
negamos, nos lo tragamos y no dejamos que aflore es cuando se enquista dentro y
un día sale a la luz con una fuerza brutal y
destructora.
Es bueno darse
un tiempo para reir, para lllorar, para sentir rabia procesar el dolor y luego
continuar, si no este surgirá con quien menos esperamos destruyendo lo que
deseamos.
¿Que tiene de
bueno ser conscientes de nuestro dolor? El que podemos expresarlo, darle salida
para que no vuelva mas adelante y se perpetue, aquellos que no procesan sus
emociones las guardan y hacen responsables a los demás de su amargura, hiriendo
y destruyendo el amor.
No
permitas que el dolor que sufriste con otros te niege la posibilidad de
continuar, sanate, cuidate, mimate y así en poco o mucho tiempo tendrás de nuevo
la felicidad a tu lado, sabras disfrutarla sin mochilas a tu espalda que pesen
tanto que no te dejen vivir...
No hay comentarios:
Publicar un comentario