martes, 11 de diciembre de 2012

EL ÉXITO



Uno de los grandes aprendizajes que proporciona el coaching es que la clave para una vida más plena y satisfactoria reside en la posibilidad de elección. En la capacidad que tenemos cada uno de nosotros de escoger y decidir lo que queremos ser y hacer en nuestra vida.

Frecuentemente veo personas que se quejan de la situación en la que viven. Se sienten pobres víctimas y creen que no pueden hacer nada por cambiar esa situación que les hace tan infelices. Y una vez que se ponen en marcha, buscando y estudiando posibles alternativas viables que les permitirían terminar con esa situación, deciden quedarse exactamente donde y como están. A pesar de que deciden no introducir ningún cambio sustancial en su situación y en su vida, se sienten mucho mejor que antes de realizar ese trabajo de búsqueda y exploración. La diferencia entre el antes y el después estriba precisamente en la palabra “deciden”. Se quedan donde están porque, después de analizar posibilidades, deciden que la que tienen es la mejor y no porque crean que no les queda más remedio, que no pueden hacer nada por cambiar, que “eso es lo que hay”.

El aprendizaje de todo esto reside en la importancia de poder elegir, de sentir que podemos ser dueños de nuestro propio destino. Que podemos elegir de acuerdo con nuestros valores y no con lo que la sociedad, la educación o nuestro sistema de creencias nos obligan a elegir. La frustración y el descontento surgen cuando, frente a una situación determinada, creemos que no podemos cambiar nada, que no podemos tomar ninguna decisión, que no tenemos opción.

Hay otro tema interesante relacionado con el éxito. Cada vez veo más a menudo personas que deciden introducir un cambio fundamental y radical en su trayectoria profesional y por tanto vital. Imagino que en un principio, su meta era hacer una carrera brillante en sus ámbitos respectivos tal y como se les había inculcado toda la vida desde alguna alta instancia.

A lo largo del camino probablemente su definición de éxito personal cambió radicalmente. Cuando hacen “un alto en el camino” y se paran a analizar todo lo que tienen que invertir en sus trabajos y lo que obtienen a cambio, no les salen las cuentas y deciden cambiar o variar el rumbo, de manera que los resultados sean satisfactorios. Lo que antes significaba para esas personas tener éxito ya no les motiva a continuar por ese camino. Se dan cuenta de que el precio que estaban pagando era demasiado alto. En ese momento buscan una definición de éxito que incluya sus deseos y sus valores, que integre aspectos de la vida esenciales para ello como por ejemplo ayudar más directamente a los demás, tener más equilibrio entre vida familiar y profesional o sencillamente montar su propia empresa para dar vida a un antiguo sueño.

Cuando se lleva a cabo este cambio de trayectoria, en algunos casos lo que se busca es dedicar menos tiempo y esfuerzo al trabajo para dedicarlos a otros temas importantes; en otros se busca obtener más satisfacción personal con respecto al contenido del trabajo, aun a costa de la remuneración; y en otros lo que se busca es conseguir ganar más dinero que antes.

Pero en todos los casos esas personas eligieron no “resignarse” con su situación y su descontento, y se pusieron manos a la obra para cambiarlo. Una vez se dieron cuenta de que lo que habían conseguido no les estaba proporcionando la felicidad y satisfacción esperadas, decidieron arriesgarse y perseguir una nueva visión del éxito más adecuada a sus deseos e inquietudes personales. Una definición totalmente personalizada del éxito para ellos.


REFLEXIONES

¿Qué sientes respecto a la palabra éxito?

Si tuvieras garantizado el éxito. ¿Qué te gustaría hacer en tu vida?

¿Qué significa tener éxito para tí?

¿Qué te impide conseguir el éxito en tu vida?

¿A donde te lleva el camino que estás siguiendo ahora mismo? ¿Es ahí a donde quieres llegar?

¿Qué precio pagas si renuncias a tu propia definición de éxito?

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