miércoles, 31 de octubre de 2012

VOLVER A EMPEZAR



 
¿Te sientes culpable cuando sabes que tienes un montón de cosas que hacer y no haces nada por resolverlas?
Cosas como ordenar papeles, armarios, contestar correos, planchar, hacer llamadas a amistades y familia, retomar ese curso que pagaste y que ni te acuerdas dónde lo tienes...
La postergación te estresa, te produce apatía y desgana. Es como un virus que todo lo contagia. Lo único que consigues es sentirte insatisfecha y desanimada.
Las causas pueden ser diversas, pero ahora no importan los motivos. Céntrate en ponerle remedio, primero reconociendo que eres tú la responsable de tus tareas y que cuanto menos hagas más tendrás que hacer y más te pesará en tu mente.
No asumas más trabajo del que puedes hacer. Sé que quieres estar en todos los frentes y resolver los problemas de los demás, además de los tuyos.
Esta sobrecarga hará que no puedas cumplir ni con unos ni con otros. Así que lo mejor será que valores si vas a decir que "sí" cuando se te presente un trabajo extra que sabes que no vas a poder cumplir.
Posponer tus obligaciones te produce un alivio momentáneo pero a medida que pasa el tiempo y se suman más tareas aumenta tu malestar.
Cada persona es responsable de su vida y de sus asuntos. Puede que tengas cerca a alguien que quiera hacerte responsable de tareas que no son tuyas. Con tu actitud firme y decidida sabrás hacerle ver dónde está el límite.
No es fácil tener el hábito de resolver tareas, pero cuando comienzas te produce satisfacción, seguridad en ti misma y tu autoestima aumenta.
Al sentirte mejor contigo misma, cambia tu actitud y te sientes con más energía. Verás el cambio en ti y los demás también lo notarán. Cuando menos te lo esperes, alguien te preguntará ¿cómo tienes tiempo de hacer tantas cosas? Y tú misma te asombrarás.
Algunas sugerencias

Anota todas esas pequeñas o grandes cosas que tienes pendientes de hacer y ponles prioridades. Verás como ir avanzando te animará a continuar con la lista.
  • Cada vez que te sorprendas pensando en algo que tienes que resolver, no ignores el pensamiento. Comprométete en ese momento a no dejarlo en el olvido. Anótalo, así lo tendrás presente.
  • Identifica qué asuntos son importantes y comienza por ellos.
  • A medida que vayas resolviendo temas, irás teniendo más confianza en ti y más ánimo para continuar con más tareas.
  • No pretendas que todo sea perfecto o salga a la primera. A veces ocurren contratiempos mientras resuelves asuntos. Asúmelos y trata de seguir avanzando.
  • Las tareas grandes las puedes dividir y hacerlas por partes. De esta manera no te sobrecargas y evitas desanimarte por el camino.
  • Disfrutarás de la satisfacción de haber resuelto asuntos pendientes.
  • Pero además, cada vez que resuelvas una tarea o parte de ella, puedes premiarte con una actividad que te guste. Tu mente asociará cumplir un deber con la satisfacción de hacer algo agradable para ti.


¿Cuándo vas a empezar eso que tienes en mente a cada rato? Ahora, mañana, otro día. Muchos "mañana" hacen toda una vida y una vida sin acción es una vida sin sentido, sin crecimiento, sin emoción. Lo bonito de la vida es levantarse y tener cosas que hacer. ¿No te gusta lo que haces? Elige qué quieres hacer y ponte a ello. ¿No es fácil? Ya lo sé. Si lo fuera todos seríamos felices y yo no estaría escribiendo todo esto
Extraido de :Exito a los 40 de Mª Victoria Martínez Lojendio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario