martes, 18 de septiembre de 2012

ASAMBLEA EN LA CARPINTERÍA (CUENTO)



Cuentan que en la carpintería hubo una vez una extraña asamblea. Fue una reunión de herramientas para arreglar sus diferencias. El martillo ejerció la presidencia, pero la asamblea le notificó que tenía que renunciar. ¿La causa? Hacia demasiado ruido! Y, además, se pasaba el tiempo golpeando.

... El martillo respetó la decisión, pero pidió que también fuera expulsado e ...l tornillo; dijo que había que darle muchas vueltas para que sirviera de algo.

Ante el ataque, el tornillo también respetó la decisión de la mayoría, pero a su vez pidió la expulsión de la lija. Hizo ver que era muy áspera en su trato y siempre tenía fricciones con los demás.

La lija estuvo de acuerdo con la condición de que fuera expulsado el metro que siempre se la pasaba midiendo a los demás según su medida, como si fuera el único perfecto.

En eso entro el carpintero, se puso el delantal e inicio su trabajo.

Utilizo el martillo, la lija, el metro y el tornillo. Finalmente, la tosca madera inicial se convirtió en un lindo mueble. Cuando la carpintería quedo nuevamente sola, la asamblea reanudo la deliberación.

Fue entonces cuando tomo la palabra el serrucho, y dijo:

" .....Señores, ha quedado demostrado que tenemos debilidades o “humanidades”, pero el carpintero trabaja con nuestras cualidades. Eso es lo que nos hace valiosos. Así que no enfaticemos o resaltemos mas en nuestros puntos débiles y concentrémonos en la utilidad de nuestros puntos fuertes....".

La asamblea encontró entonces que el martillo era fuerte, el tornillo unía y daba fuerza, la lija era especial para afinar y limar asperezas y observaron que el metro era preciso y exacto.

Se sintieron entonces un equipo capaz de producir muebles de calidad. Se sintieron orgullosos de sus fortalezas y de trabajar juntos para producir un resultado común.

Ocurre lo mismo con los seres humanos. Observen y lo comprobaran. Cuando en un equipo, las personas buscan y se centran a menudo en los “defectos” o humanidades de los demás, la situación se vuelve tensa, negativa e improductiva. En cambio, al tratar, con sinceridad y compromiso, de percibir los puntos fuertes de los demás y coordinar acciones desde ese lugar, es cuando florece la grandeza humana y los mejores logros del equipo.

Es fácil encontrar defectos, cualquiera puede hacerlo, pero encontrar cualidades y coordinar acciones con otros, eso es para los espíritus superiores que son capaces de inspirar todos los éxitos que como seres humanos podemos crear.

Al igual que el Carpintero, un Líder encuentra lo mejor de cada uno en su particularidad y lo pone al servicio de un resultado mucho más grande que las individualidades de cada integrante.


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