jueves, 24 de mayo de 2012

RENUNCIO AL PASADO


El enfado es algo normal y natural.
Generalmente nos enfadamos una y otra vez por las mismas cosas, sentimos que no tenemos derecho a expresarlo, de modo que nos lo tragamos.
Entonces el enojo tiende a instalarse en una parte concreta de nuestro cuerpo, y se manifiesta como enfermedad.
Durante años y años seguimos amontonando nuestro fastidio en ese mismo lugar. Para sanar, deja salir tus verdaderos sentimientos. Si no puedes expresárselos directamente a la persona que los provoca, mírate al espejo y habla con esa persona.
Díselo todo: «Estoy fastidiado contigo»; «Tengo
miedo»; «Estoy alterada»; «Me has hecho daño». Y sigue; sigue hasta que te hayas liberado de todo el enojo.  Entonces haz una inspiración profunda, mírate en el espejo y pregunta: « ¿Cuál es la pauta que provocó esto? ¿Qué puedo hacer para cambiar?»
Si logras cambiar el sistema de creencias que desde adentro te crea ese comportamiento, no necesitarás seguir repitiéndolo.
Una de las peores cosas que podemos hacer es enfadarnos con nosotros mismos.
El enojo sólo sirve para encerramos más rígidamente dentro de nuestras pautas.
Louise Hay

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